El 2 de febrero de cada año es el Día Mundial de los Humedales y
en él se conmemora la fecha en que se adoptó la Convención sobre los
Humedales, el 2 de febrero de 1971. Desde 1997, todos los años
organismos oficiales, organizaciones no gubernamentales y grupos de
ciudadanos de todos los niveles de la comunidad han aprovechado la
oportunidad para realizar actos y actividades encaminados a aumentar la
sensibilización del público en general acerca de los valores de los
humedales y los beneficios que reportan en general."Extensiones
de marismas y pantanos, o superficies cubiertas de agua,
sean éstas de régimen natural o artificial,
permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces
o saladas, incluidas las extensiones de agua marina
cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros".
Así define la Convención sobre los Humedales estos ecosistemas, en los que el agua juega un papel fundamental.Gran parte del abundante patrimonio arqueológico y cultural del mundo guarda estrecha relación con las riquezas naturales de sus humedales. Las antiguas civilizaciones surgieron y evolucionaron al borde de los grandes ríos y de los humedales asociados a ellos y el bienestar de mucha gente sigue dependiendo hoy en día de sus recursos hídricos. Además, diversas actividades humanas como la pesca, la agricultura, la actividad forestal, el transporte, el turismo, etc. requieren de los recursos naturales provistos por los humedales y dependen, por lo tanto, del mantenimiento de sus condiciones ecológicas. También son zonas muy importantes para el abastecimiento de agua dulce con fines domésticos, agrícolas o industriales y por ello, en los últimos años, se ha prestado mayor atención a su conservación. En Venezuela existe una variedad de humedales asociados a los diferentes tipos de regiones naturales, entre los que se destacan los marinos-costeros, lacustres, ribereños, estuarinos y palustrinos. Con una situación geográfica privilegiada, Venezuela cuenta con más de 30.000 km2 de humedales naturales y 9.400 km2 de humedales artificiales categorizados como relevantes. Cuando viajamos por los llanos venezolanos es imposible dejar de admirar la belleza de uno de los ecosistemas que más ampliamente han caracterizado a esta vasta región, los morichales; una formación típica del llano en donde la palma moriche crece asociada con otras plantas en un ambiente muy húmedo, sobre terrenos que casi siempre están anegados, los esteros. Además, si hacemos el viaje durante la época de lluvias no saldremos del asombro al contemplar los espacios infinitos de la sabana cubiertos de agua hasta donde alcance la mirada.
Así define la Convención sobre los Humedales estos ecosistemas, en los que el agua juega un papel fundamental.Gran parte del abundante patrimonio arqueológico y cultural del mundo guarda estrecha relación con las riquezas naturales de sus humedales. Las antiguas civilizaciones surgieron y evolucionaron al borde de los grandes ríos y de los humedales asociados a ellos y el bienestar de mucha gente sigue dependiendo hoy en día de sus recursos hídricos. Además, diversas actividades humanas como la pesca, la agricultura, la actividad forestal, el transporte, el turismo, etc. requieren de los recursos naturales provistos por los humedales y dependen, por lo tanto, del mantenimiento de sus condiciones ecológicas. También son zonas muy importantes para el abastecimiento de agua dulce con fines domésticos, agrícolas o industriales y por ello, en los últimos años, se ha prestado mayor atención a su conservación. En Venezuela existe una variedad de humedales asociados a los diferentes tipos de regiones naturales, entre los que se destacan los marinos-costeros, lacustres, ribereños, estuarinos y palustrinos. Con una situación geográfica privilegiada, Venezuela cuenta con más de 30.000 km2 de humedales naturales y 9.400 km2 de humedales artificiales categorizados como relevantes. Cuando viajamos por los llanos venezolanos es imposible dejar de admirar la belleza de uno de los ecosistemas que más ampliamente han caracterizado a esta vasta región, los morichales; una formación típica del llano en donde la palma moriche crece asociada con otras plantas en un ambiente muy húmedo, sobre terrenos que casi siempre están anegados, los esteros. Además, si hacemos el viaje durante la época de lluvias no saldremos del asombro al contemplar los espacios infinitos de la sabana cubiertos de agua hasta donde alcance la mirada.
La misma sensación nos embarga cuando
navegamos lentamente por los canales de la Laguna de la Restinga y nos
deleitamos con el intenso verdor de sus espejos de agua, o cuando
recorremos algunos de los innumerables brazos o caños que forma el
Orinoco al final de su recorrido, cuando el gran río se abre sobre el
inmenso abanico de su delta... O cuando nos sentamos sobre las blancas
arenas de algunas de las playas del Parque Nacional Morrocoy o del
Archipiélago de Los Roques y nos maravillamos ante los increíbles tonos
azul- turquesa de sus aguas.
Laguna de La Restinga (Área Ramsar) Margarita |
Cada uno de estos ambientes, que desde
un punto de vista paisajístico difieren bastante entre sí, tienen algo
en común: Son humedales.
2013 es el Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua, conforme han proclamado las Naciones Unidas
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