Originario
de África tropical y cultivado en la India
desde tiempos remotos, el tamarindo es el frutocde la planta Tamarindus
indica, perteneciente a la
familia de las Papilionáceas (leguminosas). En
condiciones favorables, puede llegar a medir 30 metros de altura y producir,
cuando alcanza los 20 años, entre 100 y 200 kilogramos de fruta anualmente.
El tamarindo
tiene forma de vaina semicurva de color
café, la cual puede alcanzar 15 centímetros de largo. La pulpa es marrón, viscosa y
fibrosa. Las semillas son lisas y
brillantes. Por su contenido de ácidos
tartárico, acético y ascórbico, su sabor es ácido, pero se torna ligeramente
dulce a medida que el fruto madura.
Cada 100 gramos de pulpa de tamarindo proporcionan 239 calorías; 62,50 gramos de carbohidratos y 2,8 gramos de proteína. Además, la fruta contiene vitaminas del complejo B: tiamina (esencial para el metabolismo de los carbohidratos y la liberación de energía), riboflavina (importante en la producción de glóbulos rojos) y niacina (ayuda al buen funcionamiento del aparato digestivo y del sistema nervioso). También es rica en potasio y aporta calcio, hierro, magnesio y fósforo.
Su alto contenido de fibra le otorga propiedades laxantes, pues, al mejorar el tránsito intestinal, ayuda a aliviar y prevenir el estreñimiento. En infusión, sus hojas actúan como diurético, antiinflamatorio, antipirético y antiescorbútico, y su raíz cocida se utiliza en el tratamiento de trastornos biliares, hemorragias e ictericia (alteración causada por el exceso de bilirrubina en el organismo).
En la cocina
- Por su sabor característico, el tamarindo es apreciado en la preparación de postres, bebidas refrescantes y salsas para platos con cerdo, pollo o camarones. Y su pulpa es uno de los principales componentes de la salsa inglesa.
- A la hora de elegirlo, es conveniente verificar que la cáscara esté entera y que el fruto no esté seco.
- Para conservar su frescura, la pulpa del tamarindo debe mantenerse refrigerada
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