Cómo impactan las abejas en la nutrición y por qué y cómo hay que preservarlas
¿Qué tienen en común los pepinos, la
mostaza, las almendras y la alfalfa? Aparentemente, muy poco. Sin
embargo, hay una cosa que sí comparten: todos estos cultivos deben su
existencia al servicio que prestan las abejas. Estas pequeñas
trabajadoras a rayas aportan algo más que dulce miel y picaduras
dolorosas. Durante miles de años han operado entre bastidores, sin
apenas obtener reconocimiento por su valiosa contribución a la producción
de alimentos. Abejas de todo tipo juegan un papel importante en la
producción agrícola, forestal y en la regulación del clima. Actualmente,
sin embargo, los servicios de polinización están mostrando una
tendencia decreciente de todo el mundo, que tiene efectos directos sobre
el rendimiento de los cultivos y la nutrición.
En Hambre cero: Series de podcast, la FAO explora por qué los polinizadores son vitales para la producción alimentaria y qué podemos hacer para preservarlos.
Les presentamos cuatro factores importantes sobre las abejas:
1. Incrementan la cantidad de alimentos
Las abejas y otros insectos polinizadores
mejoran hoy en día la producción de alimentos de 2 mil millones de
pequeños agricultores en todo el mundo, ayudando a garantizar la
seguridad alimentaria de la población mundial. Los investigadores han
demostrado que si la polinización se maneja de forma correcta en
pequeñas explotaciones diversificadas -con todos los demás factores
permaneciendo iguales- el rendimiento de los cultivos pueden aumentar en
una media significativa, hasta el 24 por ciento.
2. Incrementan la calidad de los alimentos
Alimentos más ricos en micronutrientes -como frutas, hortalizas y
semillas- dependen de la polinización. Si una planta ha sido bien
polinizada, -lo que significa que ha recibido una cantidad suficiente de
polen- desarrollará un fruto más grande y uniforme. Una manzana redonda
-por ejemplo-, significa suficiente polinización, mientras que las
manzanas deformes implicarían una polinización insuficiente o
desequilibrada. En general, las plantas ponen más recursos en los frutos
polinizados, aumentando así la calidad y el sabor.
3. Las abejas y los polinizadores necesitan entornos favorables para prosperar
Los polinizadores necesitan recursos adecuados
para alimentarse, lugares con abundante polen y néctar de las flores.
Requieren un lugar para anidar y para comer, y un entorno natural, no
tóxico. Hace cien años, los pequeños sistemas agrícolas, diversificados y
libres de pesticidas resultaban muy favorables para los polinizadores.
Este tipo de entornos pueden encontrarse todavía hoy en día en los
países en desarrollo, como Kenya.
4. Las principales amenazas
La ausencia de un hábitat adecuado para las
abejas y otros polinizadores podría conducir a una disminución continua
de la polinización. Monocultivos, pesticidas, enfermedades y
temperaturas más altas asociadas con el cambio climático, plantean
problemas para los polinizadores -y, por extensión- a la calidad de los
alimentos que producimos. La disminución de la polinización puede
suponer también una amenaza inmediata para la nutrición. Si esta
tendencia continúa, algunos cultivos nutritivos -como frutas, frutos
secos y muchas hortalizas- serán sustituidos cada vez más por los
cultivos básicos como el arroz, el maíz y la papa, lo que resultaría
finalmente en una dieta desequilibrada.
5. Medidas de protección para agricultores y gobiernos
Para los campesinos:
Los agricultores deben crear buen hábitat
adecuado para las abejas con el fin de asegurar la polinización. Las
prácticas recomendadas incluyen mantener algunas zonas conservando su
hábitat natural, crear setos, reducir o cambiar el uso de pesticidas,
respetar los lugares de nidificación y plantar cultivos atractivos como
la yuca alrededor de las parcelas. Este último sistema es a menudo usado
por los agricultores en Ghana, con resultados muy satisfactorios.
A nivel de las políticas:
En base a un informe elaborado por Plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica
y servicios de los ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), los
gobiernos deben apoyar una agricultura más diversificada y depender
menos de productos químicos tóxicos con el fin de facilitar un aumento
de la polinización, lo que redundará en una mayor cantidad de alimentos y
en una mejor calidad.
Resulta cada vez más importante enseñar a los
agricultores a valorar los polinizadores y a usar métodos para
mantenerlos zumbando alrededor de las granjas durante todo el año.
Tienen que ver las abejas como aliados, en lugar de sus enemigos. Sin
embargo, esto es sólo una parte dentro de una tarea más amplia de
cambiar las actitudes y prácticas y que se valoren procesos naturales
como la polinización: no sólo en los campos sino también en los círculos
gubernamentales. Escuche el artículo completo aquí.
Fuente: FAO, 24 Aug 2016
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