La demanda mundial de alimentos está aumentando y cambiando
rápidamente debido al crecimiento de la población, las modificaciones en
la dieta y el desarrollo económico.
La
mejora de la sostenibilidad del sistema agroalimentario es una
prioridad a nivel mundial, aunque muchos de los esfuerzos se han
centrado hasta ahora en el lado de la producción (como el aumento de las
hectáreas cultivadas).
Sin embargo, la promoción del consumo
responsable (dietas sostenibles y saludables, y reducción del
desperdicio de alimentos) es una estrategia clave para lograr beneficios
ambientales y una seguridad alimentaria sostenible.
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, el ODS 12, se enfoca a la producción y el consumo responsables. Una de sus metas es reducir a la mitad la pérdida y desperdicio de alimentos.
Desperdicio alimentario, fuente de desigualdad
El desperdicio de alimentos genera un gran impacto sobre la seguridad y distribución alimentaria a nivel mundial. Según la FAO,
existen más de 815 millones de personas con desnutrición en el mundo.
Desaprovechar alrededor de un tercio de los alimentos producidos genera
una gran desigualdad y una importante distorsión en el conjunto del
sistema alimentario.
El número de estudios destinados a
cuantificar el desperdicio alimentario a lo largo de la cadena ha
crecido significativamente durante los últimos años. Anteriormente, no
solo escaseaban los trabajos científicos o técnicos, sino también la
concienciación en la opinión pública.
Poco a poco, debido en gran
parte a la asociación del desperdicio con la desnutrición y al gran
impacto ambiental que supone, las estimaciones y análisis sobre la
materia se han incrementado.
La pérdida y el desperdicio de
alimentos representan un mal uso de la mano de obra, el agua, la
energía, la tierra y otros recursos naturales que se utilizaron para
producirlos.
Los estudios que se han realizado recientemente
vinculando desperdicio y medio ambiente tratan de responder preguntas
como: ¿cuáles son los efectos de tirar la comida sobre las emisiones de
gases contaminantes o los recursos naturales? ¿Sería posible obtener
mejoras ambientales significativas reduciendo el desperdicio de
alimentos?
En diferentes investigaciones se ha puesto de
manifiesto que reducir el desperdicio de alimentos se traduce en una
disminución considerable de las emisiones de gases de efecto invernadero
(GEI). Esto se debe a que la producción de todos los alimentos que se
pierden o desperdician a lo largo y ancho de la cadena genera una serie
de GEI que se podrían evitar si no fuesen obtenidos.
Dicho de otra
forma, los alimentos no consumidos se convierten en comida “destinada”
única y exclusivamente a contaminar. Si no fuesen desperdiciados, no se
necesitaría producir otros nuevos (con las emisiones que ello genera).
Por
ejemplo, el desperdicio de 88 millones de toneladas de alimentos al año
en la UE es responsable de la emisión de 170 millones de toneladas de
CO₂. Esta cifra representa el 8 % del total de emisiones globales y se
acerca al volumen de este gas correspondiente al transporte por
carretera.
Una investigación a escala mundial
concluyó que alrededor del 25 % del total de kcal producidas se
desperdician. Esta tasa de pérdida de alimentos supone que alrededor del
23 % de los recursos naturales (agua dulce, tierras de cultivo y
fertilizantes) son igualmente desperdiciados.
El estudio demostró
también que el uso total de las tierras de cultivo “desperdiciado” es
casi igual a la extensión de la superficie agrícola de África.
Pérdida de agua y nutrientes
El
desperdicio de alimentos implica también una pérdida de agua (la
utilizada para producirlos) o nutrientes. Desde el centro CEIGRAM de la
Universidad Politécnica de Madrid y el Observatorio del Agua de la
Fundación Botín hemos realizado un estudio para evaluar los impactos hídricos y nutricionales relacionadas con el desperdicio en hogares españoles.
Los
resultados del trabajo mostraron que “solo” se desperdicia un 4 % de lo
comprado (unos 26 kg por persona y año). Pero esta cifra implica un
desperdicio de 116 litros de agua por persona y día. De ellos, 19 litros
son de “agua azul” (fueron destinados directamente para riego). Este
volumen supone casi un sexto de todo el agua que utiliza una persona
diariamente para el resto de actividades en el hogar (ducha, bebida,
limpieza, etc.).
Además, el desperdicio de alimentos lleva
asociada una pérdida de nutrientes. Nuestros resultados revelaron que
debido al desperdicio anual de alimentos en los hogares españoles, se
malgastan las siguientes cantidades de nutrientes por persona y año:
- Macronutrientes: 40 385 kcal, lo que significa casi 7,5 kg de macronutrientes; 1,5 kg de proteínas, 1,8 kg de grasas y 4,2 kg de carbohidratos.
- Fibra: 483 g.
- Micronutrientes: casi 160 gramos (19 g de vitaminas y 141 g de minerales).
Esto
significa que alrededor del 5 % de la energía (kcal), el 5 % de las
proteínas (y el resto de macronutrientes), el 8 % de la fibra, el 4 % de
los minerales y el 11 % de vitaminas se pierde en la parte final de la
cadena alimentaria.
Con el equivalente al desperdicio generado
anualmente en el conjunto de todos los hogares españoles se podría
alimentar a casi 2,2 millones de personas al año. A nivel individual,
los nutrientes
contenidos en la comida que tira anualmente una persona podrían
alimentarla durante 18 días (teniendo en cuenta una necesidad media de
alrededor de 2 200 kcal/persona y día).
F/ https://grandesmedios.com 16/09/19
Interesante articulo sobre los desechos alimenticios
ResponderEliminarhttps://plantatuhuerto.com