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martes, 1 de octubre de 2024

Apostaron a la agroecología y cuentan las ventajas

La agroecología se abre paso como una alternativa sustentable frente a la producción agrícola convencional, revelando historias de productores comprometidos con la tierra y la salud de los consumidores. Andrés Madariaga, Javier Aprile y Claudia Cabana, productores agroecológicos de la región explicaron cómo transformaron sus prácticas en favor de un sistema más sostenible y natural, y destacaron las dificultades y ventajas de este tipo de producción.

Andrés Madariaga es ingeniero agrónomo y después de años en la agricultura convencional, decidió cambiar su enfoque hacia técnicas más respetuosas con el medio ambiente, la agroecología que no solo mejora el suelo sino que ofrece productos más saludables.

"Lo que tenemos en la finca se recicla y sirve para alimentar la tierra y controlar las plagas", afirmó el agrónomo y productor Madariaga, haciendo hincapié en la importancia de la constancia. "Cualquiera puede hacerlo, solo se necesita conciencia, voluntad y ganas", agregó sugiriendo comenzar con pequeñas pruebas, sembrar entre cinco a diez rayas de cultivos y que se puede pedir orientación al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).

Uno de los desafíos principales al adoptar la agroecología es la recuperación del suelo, que puede tomar al menos tres años en recomponerse si ha estado expuesto a la agricultura convencional basada en químicos. "No podemos esperar que un suelo sea fértil de un día para otro después de años de maltrato", explicó y dijo que existen técnicas que pueden acelerar el proceso de regeneración del suelo, sobre todo en terrenos no contaminados como desmonte.

Otro de los principios básicos de la agroecología es la diversidad. El agrónomo mencionó que en su finca cultiva una amplia variedad de frutas y verduras, lo que le permite tener cosechas durante todo el año. Entre los cultivos que maneja se encuentran cítricos como naranjas, mandarinas y limas, así como palta, mango, uva, banana, higo y ciruela. En cuanto a las verduras, incursionan en tomate, cebolla y lechuga.

Uno de los pilares fundamentales de la agroecología es el manejo natural de las plagas. "A veces dejo que los pájaros se coman alguna fruta, porque sé que también se llevan a los insectos que podrían dañar mis cultivos", explicó Madariaga. La clave está en el suelo. "Si abonas un suelo compactado, por más fertilizante que apliques, la raíz no se desarrollará bien", comentó. En cambio, un suelo aireado y lleno de vida es capaz de aprovechar al máximo los nutrientes.

Otro impacto positivo implica que al reutilizar los recursos de la finca se reducen los costos. "En agroecología, no gastamos grandes cantidades de dinero en insumos, lo que tenemos en la finca se recicla", explicó.

Javier Aprile, con casi una década de experiencia en la agroecología, comenzó su producción como un hobby. Con el tiempo, su pequeño huerto de dos canteros de 2x30 metros se transformó en media hectárea que incluye frutales y gallinas. "Todo se da acá en nuestra provincia, desde frutas hasta verduras, gracias al clima y la diversidad del terreno", señaló y explicó que su sistema de producción sigue un ciclo cerrado y natural, las lombrices producen humus, que fertiliza las plantas; las gallinas se alimentan de los desechos de la huerta, y el guano de las gallinas vuelve al ciclo como abono.

"Cuando comencé, muchos me decían que estaba loco, que no se podía producir de manera natural, pero el tiempo me ha demostrado lo contrario", dijo. Produce verduras y frutas exóticas, acerola, pitanga, yacón, cúrcuma, jengibre, pitaya, uva, frambuesa, zarzamora que se complementan. Destacó que sus clientes siempre comentan que los productos agroecológicos tienen un sabor superior a los convencionales, asegurando que las verduras agroecológicas contienen una mayor carga de aminoácidos, vitaminas y componentes beneficiosos para la salud.

"Lo que tenemos en la finca se recicla y sirve para alimentar la tierra y controlar las plagas", afirmó el agrónomo y productor Madariaga, haciendo hincapié en la importancia de la constancia. "Cualquiera puede hacerlo, solo se necesita conciencia, voluntad y ganas", agregó sugiriendo comenzar con pequeñas pruebas, sembrar entre cinco a diez rayas de cultivos y que se puede pedir orientación al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta).

TÉCNICAS

Uno de los desafíos principales al adoptar la agroecología es la recuperación del suelo, que puede tomar al menos tres años en recomponerse si ha estado expuesto a la agricultura convencional basada en químicos. "No podemos esperar que un suelo sea fértil de un día para otro después de años de maltrato", explicó y dijo que existen técnicas que pueden acelerar el proceso de regeneración del suelo, sobre todo en terrenos no contaminados como desmonte.

Otro de los principios básicos de la agroecología es la diversidad. El agrónomo mencionó que en su finca cultiva una amplia variedad de frutas y verduras, lo que le permite tener cosechas durante todo el año. Entre los cultivos que maneja se encuentran cítricos como naranjas, mandarinas y limas, así como palta, mango, uva, banana, higo y ciruela. En cuanto a las verduras, incursionan en tomate, cebolla y lechuga.

FRUTOS EXÓTICOS

Uno de los pilares fundamentales de la agroecología es el manejo natural de las plagas. "A veces dejo que los pájaros se coman alguna fruta, porque sé que también se llevan a los insectos que podrían dañar mis cultivos", explicó Madariaga. La clave está en el suelo. "Si abonas un suelo compactado, por más fertilizante que apliques, la raíz no se desarrollará bien", comentó. En cambio, un suelo aireado y lleno de vida es capaz de aprovechar al máximo los nutrientes.

Otro impacto positivo implica que al reutilizar los recursos de la finca se reducen los costos. "En agroecología, no gastamos grandes cantidades de dinero en insumos, lo que tenemos en la finca se recicla", explicó.

TOMATES AGROECOLÓGICOS

Javier Aprile, con casi una década de experiencia en la agroecología, comenzó su producción como un hobby. Con el tiempo, su pequeño huerto de dos canteros de 2x30 metros se transformó en media hectárea que incluye frutales y gallinas. "Todo se da acá en nuestra provincia, desde frutas hasta verduras, gracias al clima y la diversidad del terreno", señaló y explicó que su sistema de producción sigue un ciclo cerrado y natural, las lombrices producen humus, que fertiliza las plantas; las gallinas se alimentan de los desechos de la huerta, y el guano de las gallinas vuelve al ciclo como abono.

"Cuando comencé, muchos me decían que estaba loco, que no se podía producir de manera natural, pero el tiempo me ha demostrado lo contrario", dijo. Produce verduras y frutas exóticas, acerola, pitanga, yacón, cúrcuma, jengibre, pitaya, uva, frambuesa, zarzamora que se complementan. Destacó que sus clientes siempre comentan que los productos agroecológicos tienen un sabor superior a los convencionales, asegurando que las verduras agroecológicas contienen una mayor carga de aminoácidos, vitaminas y componentes beneficiosos para la salud.

ZARZAMORAS

Sobre el suelo, Aprile explicó que tras años de trabajo, su suelo es poroso y lleno de vida capaz de absorber mejor los nutrientes sin necesidad de removerlo. "Dejo que el suelo haga su trabajo, cubriéndolo con pasto o materia en descomposición, y los microorganismos se encargan de mantenerlo blando", explicó.

Claudia Cabana, está en los inicios de su transición hacia la agroecología. Su padre fue productor convencional durante más de 40 años, utilizando urea para cultivar papa y choclo en grandes cantidades, y tras su fallecimiento decidió cambiar el enfoque productivo de su parcela cercana al aeropuerto.

"Cuando el ingeniero Madariaga vino a mi parcela me mostró que había otra forma de producir" dijo Cabana. Cultiva lechuga, cebolla y apio en su huerta, mientras experimenta con papas andinas en la parcela más grande.

Recomendaciones clave

Durante la charla, también explicaron el uso de fertilizantes naturales como el humus de lombriz, el compost y el bocashi, que permiten abonar el suelo sin necesidad de recurrir a productos químicos. El agrónomo Andrés Madariaga explicó que algunos cultivos, como las legumbres, son capaces de enriquecer la tierra de forma natural. Por otro lado, mencionó que es importante permitir que crezca cierto tipo de maleza en el campo, ya que es un recurso valioso para el suelo. “Un poco de ‘yuyo’ no es malo, sino que es otro elemento más que puede beneficiar a la tierra”, afirmó.

Otro aspecto clave es el uso de semillas propias, explicó que pueden producir propias semillas ya que estas se adaptan mejor y es preferible no usar semillas híbridas, contribuyendo así a la soberanía alimentaria. “Cuando traemos una semilla de afuera, le cuesta más adaptarse. Lo ideal es obtener nuestras propias semillas”, dijo. Sobre la diversidad mencionó que en su finca cultiva una amplia variedad de frutas y verduras, lo que le permite tener cosechas durante todo el año. Tiene cítricos, naranjas, mandarinas y limas y también palta, mango, uva, banana, higo y ciruela.

En cuanto a las verduras, incursionan en tomate, cebolla y lechuga. En una feria campesina en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju), los productos agroecológicos tuvieron una gran recepción. “La gente está tomando conciencia y busca cada vez más alimentos saludables”, destacó Madariaga.

Fuente: El Tribuño 

LILIANA ALFARO

Domingo, 29 de septiembre de 2024 01:00

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