El suelo fértil es la condición principal no solo para el bienestar del ser humano, sino también para su existencia. Por eso, la agricultura regenerativa, junto con otras prácticas agrícolas respetuosas (siembra directa, conservación del suelo, agricultura orgánica), es fundamental.
La degradación del suelo, al reducir significativamente el valor nutricional, la biodiversidad y las áreas adecuadas para la siembra, provoca escasez de alimentos a largo plazo. La agricultura orgánica regenerativa beneficia al suelo, revitalizando y manteniendo su fertilidad para el futuro, teniendo en mente las próximas generaciones. Las técnicas de agricultura regenerativa tienen como objetivo mitigar las consecuencias negativas de las actividades agrícolas.
Fuente: Conectando el Uno con el Todo
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