Esta planta es perenne, llega a medir 1,5 metros de altura, con rizoma caulescente erguido. Sus hojas son grandes, pecioladas, aovado-sagitadas. Sus
flores son blancas, aflechadas, de inflorescencia en un espádice
carnoso, cilíndrico. Vive en lugares cálidos, húmedos y sombreados; es
silvestre y se cultiva con fines alimenticios, medicinales y
ornamentales.
Uso medicinal
- Los polvos de la raíz o su cocimiento se aplican en el asma y catarros crónicos.
- La cataplasma hecha con la raíz fresca y miel de abejas se usa en la gota y en las úlceras corrosivas; su zumo con miel de abejas se ordena en casos de fístulas, en el pólipo ulceroso y cáncer de la nariz, en los albarazos y para provocar el aborto.
- El zumo, instalado en las ojos, cura las nubes y las opacidades de la córnea.
- Las hojas cocidas en vino se aconsejan en los sabañones, aplicadas en forma de cataplasma.
- Se asegura que las hojas del ocumo preservan de las mordeduras de culebras restregándose con ellas los pies y manos.
- La raíz de esta planta se usa como alimenticia porque contiene casi la mitad de su peso de una fécula hermosa, que se separa del principio cáustico o irritante que contiene por medio de la cocción o por lavatorios repetidos después de ralladas.
- El ocumo es recomendado para niños pequeños y personas con alergias alimentarias, pues sus partículas de almidón, al ser muy pequeñas, son más digeribles. Y aunque su contenido de proteínas es relativamente bajo, tiene más que otros tubérculos. También posee una alta cantidad de minerales, superada solamente por la yuca.
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Okumos en el Konuco Visión Agrecológica |
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