Desde el año 2008 en Venezuela el
proceso Revolucionario viene haciendo importantes esfuerzos por trabajar en una
nueva cultura alimentaria con el objetivo de erradicar el consumo de comida chatarra, ofrecida por la lógica del capital arraigándola
en altas campañas publicitarias con el único fin de ganar grandes sumas de
dinero a costa de la
salud de los millones de personas que la consumen con adicción.
La campaña “Agarra dato, come sano” se
constituye en el más reciente esfuerzo del gobierno nacional, que busca
concienciar a una dieta sana, esto dada la incidencia de sobrepeso y obesidad
que alcanza el 38.6 por ciento de la población desde los años 90, con una
preocupante tendencia a incrementarse para quienes estamos ocupados por el
vivir bien.
“Agarra dato, come sano” tiene como
objetivo principal en el corto plazo
contribuir a disminuir a la mitad el número de personas que padecen obesidad en
Venezuela para el año 2019, a través de la promoción de hábitos alimenticios
bajos en grasa y azúcares, y con alto consumo de frutas y hortalizas, reseña el
sitio web del Instituto Nacional de Nutrición.
La campaña es parte de las acciones
que impulsa el Gobierno nacional a través del plan Comer Bien para el Vivir
Bien, que contempla estrategias que van más allá de lo comunicacional, para
fomentar la compra, preparación y consumo de alimentos que contribuyan con una
vida sana.
Sin embargo se hace fundamental para
que esta campaña logre sus objetivos, la misma sea vinculada con la
Agroecología como forma de vida y ciencia subversiva, relacionándola así con el
quinto objetivo histórico de la Revolución (Salvar el planeta), pues no basta
solo con fomentar la compra, consumo o preparación de nuestros alimentos, pues
lo principal en esta cruzada por el vivir bien, es la forma como estos se
producen, la cual debe respetar la naturaleza y sus ciclos de esta forma se estará
garantizando que lo que llega a nuestras mesas sean alimentos sanos que no
contienen químicos y mucho menos transgénicos, que pueden ocasionar en los
humanos trastornos en el sistema reproductivo, en el sistema nervioso central,
tiroides y también puede causar obesidad, hipertensión o diabetes, entre otras
muchas más calamidades provocadas por el agronegocio.
Por otra parte según datos de la Organización
de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) anualmente 1.300 millones de toneladas de alimentos se desaprovechan
en el mundo, una práctica que tiene consecuencias negativas para el “clima, el
agua, la tierra y la biodiversidad”.
Por otro lado se hace necesario
incorporar a esta campaña la necesidad del consumo de plantas medicinales para
irnos desintoxicando y liberándonos así de los tentáculos del agronegocio.
Víctor Peralta
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