El Manejo Integrado de Plagas (MIP) tiene por objetivo mantener a las
poblaciones plaga bajo el nivel de daño económico, protegiendo la salud
humana y el medio ambiente, para lo cual utiliza todas las herramientas
de control disponibles para el control de plagas.
Existen tres pasos que se deben tener en cuenta: prevención, observación e intervención.
1. PREVENCIÓN
Limitar o prevenir las plagas, manejando el cultivo de manera de
aumentar las poblaciones de enemigos naturales, disminuyendo los sitios o
nichos de distintas plagas y/o disminuyendo alimento para las plagas.
Para romper el ciclo de la plaga algunas herramientas a usar son:
rotación de cultivos, variedades resistentes de plagas, buena sanidad,
remoción de plagas y hospederos, manejo de restos de cosecha, rastrojos y
semillas. También existen métodos espaciales, de secuencia y de control
de material de plantación o siembra.
Métodos espaciales: como, por ejemplo, usar varios patrones de cultivos, espaciamiento de plantas, cultivos intercalados, cultivos en hileras, uso de cultivo trampa o intercalados con otros, manejo del hábitat.
Métodos secuenciales: como, por ejemplo, rotación de cultivos, cultivos múltiples, cultivos entre otros o bajo otro.
Control de material de plantación/siembra: como, por ejemplo, la resistencia de planta hospedera, uso de semillas y plantas libres de enfermedades, diversidad genética del cultivo, fertilización y riego apropiado, etc.
2. OBSERVACIÓN
El objetivo de este aspecto de la protección de los cultivos es el de determinar qué medida tomar y cuándo tomarla.
Monitoreo del cultivo:
La inspección de los cultivos a intervalos regulares es un aspecto
clave. Hay que averiguar cómo crecen los cultivos, las malezas, insectos
y enfermedades que están apareciendo, para llegar a una decisión en
cuanto al uso de fertilizantes, control de malezas, de insectos y
enfermedades y finalmente la fecha en que la cosecha debe empezar.
También hay que evaluar los enemigos naturales, ya que su presencia
puede permitir que se minimice el uso de productos fitosanitarios. Se
debe contar el número de plagas presentes y, frente a umbrales conocidos
y el número de enemigos naturales presentes en el cultivo, se puede
llegar a una decisión en cuanto a las acciones apropiadas.
Sistemas de apoyo de las decisiones:
A fin de ayudar a los agricultores a tomar decisiones en cuanto a la
incidencia de plagas en sus campos o predios, se hacen investigaciones
para determinar en qué punto deben ser realizadas ciertas acciones. Por
ejemplo: cuando la población de un insecto dañino llega a un nivel
determinado en las plantas cultivadas, podría ser recomendado el
tratamiento con un insecticida. Tal recomendación se haría de acuerdo a
la fase de crecimiento del cultivo y la presencia de insectos benéficos.
Asimismo, es posible que asesores de organismos públicos u otros
tengan programas de previsión para dar consejos a los agricultores
acerca del momento de emprender actividades de control de las plagas.
Manejo regional:
Para permitir el control eficaz de ciertas plagas, es posible que
haya que tomar medidas de control de gran envergadura, sobre todo cuando
se trata de plagas muy móviles. En estos casos, probablemente todos los
agricultores en una localidad determinada deban realizar las acciones
apropiadas. Habitualmente tal acción coordinada sería organizada por
organismos públicos. Por ejemplo, el manejo de mosca de la fruta.
3. INTERVENCIÓN
El objeto de las medidas de intervención directa es reducir las
poblaciones de plagas a niveles económicamente aceptables. Los tipos de
control son:
Químico: con sustancias orgánicas e inorgánicas. Pueden ser
sintéticas, organismos o derivados de organismos (biopesticidas,
feromonas, aleloquímicos, reguladores de crecimiento de insectos) o
provenientes de recursos naturales (inorgánicos).
Biológico:la intervención biológica utiliza a organismos predadores,
parasitoides o patógenos de plagas. Estos pueden ser introducidos
directamente.
Cultural: son medidas de manejo, tradicionales o no, que pueden ser
preventivas o intervencionistas.
La manera de actuar es haciendo
inaceptable la planta para la plaga, adecuando el establecimiento de la
planta de estación o espacio o haciendo que el cultivo sea peligroso
para la plaga por los tamaños poblacionales de enemigos naturales. En
esta categoría se encuentran, por ejemplo, la rotación de cultivos, los
cultivos intercalados, los cultivos trampa, el uso de plantas y/o
semillas certificadas, la siembra y cultivo en época adecuada, el manejo
de riego y fertilización apropiados, etc.
Físico: los manejos físicos pueden alterar las características
físicas del ambiente para manejar las poblaciones plaga. Entre estos
figuran, por ejemplo, la destrucción de residuos de cosecha, el laboreo
del suelo apropiado, las barreras físicas como invernaderos y mallas, la
solarización, el manejo del nivel de humedad del suelo para manejar
algunas plagas, etc.
Genético: control a través de manejo de genes, cromosomas y sistemas
reproductivos de cultivos, plagas y poblaciones benéficas. Ejemplos:
resistencia de planta hospedera, esterilización de insectos machos,
mejora genética de enemigos naturales, etc.
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