Comerla, o ingerirla licuada contrarresta inflamaciones en el hígado,
riñones y ovarios. La lechoza se destaca por sus diversas bondades
alimenticias y curativas.
El mayor y principal aporte que proporciona es su abundancia de papaína,
una enzima capaz de descomponer las proteínas en trozos más pequeños,
por lo que produce un efecto activador de la digestión, además de
metabolizar grasas y almidones, explica la investigadora y consultora de
salud Dulce Ureña.
“La cáscara de la lechoza es también alta en enzimas. Activa los jugos pancreáticos y puede ayudar en los procesos de cicatrización”, agregó. Ureña quien define la lechoza como un milagro natural, detalla que antiinflamatorio y desinflamatorio por excelencia.
“La cáscara de la lechoza es también alta en enzimas. Activa los jugos pancreáticos y puede ayudar en los procesos de cicatrización”, agregó. Ureña quien define la lechoza como un milagro natural, detalla que antiinflamatorio y desinflamatorio por excelencia.
“Contrarresta la anemia, pues ayuda a la
formación de glóbulos rojos, colágeno, huesos y dientes. Además,
favorece la absorción del hierro de los alimentos y aumenta las
defensas, porque contiene vitamina A y C, además de antioxidante”,
dijo.
Es preferida en los programas de control de peso, por su bajo valor calórico ya que aporta solo 26.5 calorías por porción. Permite reducir la celulitis localizada, incluso la que provoca edemas y es dolorosa,
contrarrestando la acumulacion de grasa. Por su alto contenido en
fibras, favorece la salud de las personas afectadas por estreñimiento.
Al fruto verde y prendido del árbol, se le hacen incisiones para obtener
un jugo lechoso, que tomado fresco con miel expulsa los parásitos. El
cocimiento de la raíz, en medio litro de agua, se toma contra los
parásitos.
Fuente: El Nacional 31/08/09
Lechozas en el Konuko de Visión Agroecológica |
No hay comentarios:
Publicar un comentario