En el año 2002, Alfredo Moser le regaló al mundo una idea para darle luz
durante el día a todos, desde entonces su invento ha dado la vuelta al
mundo ayudando a miles de personas.
Durante uno de los apagones en la ciudad donde vive
(Uberaba - Brasil), el mecánico junto a sus compañeros se cuestionaron
acerca de cómo prender una fogata sin fósforos; su jefe, sugirió
utilizar una botella con agua como lupa para concentrar la luz del sol
en grama seca y, de esta manera, iniciar el fuego.
Aquel
experimento mental quedó dando vueltas en la cabeza de Alfredo y lo
impulsó a realizar pruebas con botellas y círculos de luz, al cabo de
unos días el revolucionario bombillo habría nacido.
Las
"lámparas Moser", que alumbran hogares sin costo alguno, rápidamente
fue de interés para muchas personas en países donde la electricidad es
costosa como: Filipinas, India, Bangladesh, Tanzania, Argentina y Fiyi
la idea ha sido todo un éxito al mejorar la calidad de vida a familias
en situación de pobreza extrema.
¿Cómo funciona?
La "botella de luz" es el resultado de un fenómeno llamado Refracción,
el cual consiste en el cambio de dirección de una onda (en este caso la
luz solar) cuando pasa de un medio a otro debido a un cambio de
velocidad.
En una primera etapa, las ondas del sol
viajan por la atmósfera y chocan contra la botella llena de agua para
generar un cambio en su dirección lineal y, en su segunda etapa, la
energía se encuentra nuevamente contra la botella produciendo un efecto
óptico denominado Cáustica.
Una
Cáustica es lo que ocurre cuando la luz es refractada por una superficie
u objeto curvo, amplificando su fuerza en otra superficie.
¿Cómo hacer mi propia lámpara?
1. Recorta una forma circular en la superficie de una lámina de zinc.
2. Llena una botella de dos (02) litros con agua y dos tapas de cloro de uso doméstico.
3. Fija la botella con resina a la lámina.
Bondades
1. Reciclaje: La
lámpara emplea botellas de plástico en su fabricación, lo que ayuda a
la reutilización de desechos sólidos que tardarían siglos en
descomponerse.
2. Combate el calentamiento global:
Pese a los avances en la tecnología los bombillos convencionales aún
desprenden grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2), uno de los
gases que contribuyen al efecto invernadero.
3. Bueno para la salud:
Los estudios indican que la falta de luz solar puede fomentar la
depresión; además, los doctores John Ott y Fritz Hollwih aseguran que "una luz inadecuada puede hacernos enfermar como una mala alimentación".
4. Cultivar: La facilidad para concentrar la luz solar en espacios pequeños abre la posibilidad de generar cultivos hidropónicos.
Fuente: Conciencia TV 11 de Diciembre de 2014
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