viernes, 17 de enero de 2020

Te Invitamos: Congresillo Agroecológico

Si eres productor agrourbano, agroecólogo, cocinero, semillero, productor de bioinsumos, transformas artesanalmente alimentos, sabes de medicina alternativa, o simplemente estudias y te interesa el tema vinculado a los alimentos y vives en el municipio Linares Alcántara del estado Aragua... esta actividad te interesa.  Unas de las tareas del III Congreso Venezolano de Agroecología 2019 fue esto, organizarnos territorialmente. Está es una actividad pensada y organizada por las comunidades de productores del municipio. Sólo el Pueblo salva al Pueblo.  Y así como dice su slogan 'produciendo estamos venciendo'.... esperamos encontrarnos y construir colectivamente un plan de acción territorial... los esperamos! Corre la voz....

jueves, 16 de enero de 2020

Glifosato, arsénico y una bomba de tiempo

Por Darío Aranda
País Argentina
 
Científicos argentinos publicaron una investigación inédita a nivel mundial. Confirmaron que el herbicida glifosato junto con arsénico (presente de forma natural en amplias regiones) producen alteración hormonal y daño genético, antesala posible de enfermedades como el cáncer. Existen más de 1000 trabajos científicos que dan cuenta del efecto nocivo del agrotóxico.
"Los resultados presentados aquí deberían ser motivo de preocupación para los sistemas (responsables) de la salud humana y de la vida silvestre", alerta un trabajo científico inédito a nivel mundial, realizado por científicos argentinos, que determinó los riesgos del glifosato, herbicida estrella del modelo de agronegocio, en contacto con el arsénico (químico presente de forma natural en amplias zonas fumigadas). Existen numerosas pruebas científicas de los efectos en la salud y el ambiente del glifosato, y ahora se confirma su efectivo perjudicial potenciado: produce alteración de las hormonas y daño genético, males asociados a enfermedades como el cáncer. "No tengo dudas de las consecuencias del glifosato. Es tóxico y causa efectos muy nocivos. Hay más de 1000 trabajos científicos que lo confirman", afirmó Rafael Lajmanovich, científico a cargo de la investigación.

Rafael Lajmanovich es profesor titular de la Cátedra de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral e investigador del Conicet. Trabaja desde 1998 en el estudio del impacto de los agroecosistemas y los agroquímicos sobre la fauna silvestre de anfibios. Cuenta con más de cien trabajos internacionales y capítulos de libros sobre el tema.

Durante más de seis meses analizó (junto a un grupo de investigadores) el efecto del glifosato con el arsénico (que se encuentra presente de forma natural en agua y suelos de Argentina --muchas de las zonas agrícolas--). Y confirmó lo temido: tienen un efecto sinérgico, se potencian, y producen consecuencias muy graves.

Confirmaron disrupción hormonal (aumento en la concentración de hormonas tiroideas), la mayor proliferación celular (aumentan su tasa normal de división celular) y genotoxicidad (daño en el material genético). "Estos tres marcadores son fuertes indicadores de mayor riesgo ecotóxicológico de procesos de daño en el ADN y/o de los mecanismos de regulación del mismo (llamado daño epigenético), que resultan en una proliferación celular incontrolada", explicó Lajmanovich. Es una obviedad en el mundo científico, probado desde hace décadas: a mayor daño genético, mayor probabilidad de contraer enfermedades como el cáncer y malformaciones.

En el mismo sentido, la experimentación en anfibios en una de las mejores maneras de preveer lo que pasará en humanos. Por eso se los denomina los "canarios de la mina" (por esa práctica antigua de, en las galerías de carbón, tener un canario como alerta de gases tóxicos). El investigador detalla que los anfibios son excelentes modelos experimentales para estudiar el efecto agudo y crónico de sustancias toxicas sobre el desarrollo de los vertebrados inferiores hasta los mamíferos. El desarrollo embrionario de una larva de anfibio está regulado por una gran proporción de los mismos genes humanos. En el año 2010 se secuenció por primera vez el genoma completo de un anfibio y se comprobó que comparten hasta el 80 por ciento de los genes humanos asociados con enfermedades genéticas.

El trabajo experimental consistió en dos etapas. La primera del tipo "aguda a concentraciones letales" de ambos tóxicos, en la que se demostró que existía “sinergia”. Lajmanovich lo explica de forma didáctica: si la toxicidad del glifosato es 100 y la del arsénico es 100. Juntos tienen una toxicidad de 300 o más. La segunda etapa fue una medición de efecto crónico, de un mes, expuesto a dosis sub-letales (en cantidades que se pueden encontrar en escenarios naturales). El resultado fue el daño genético y alteración hormonal.

La investigación, única en su tipo, cobra mayor relevancia por la gran cantidad de herbicidas utilizado en Argentina y las amplias zonas con exceso de arsénico: desde Santiago del Estero, Chaco, Salta y Entre Ríos, hasta regiones de la Pampa Húmeda del agronegocio (Buenos Aires, Córdoba, La Pampa y Santa Fe).
El trabajo académico está especialmente dedicado al médico y científico Andrés Carrasco, que en 2009 publicó en este diario su investigación sobre el efecto letal del glifosato en embriones anfibios y su vinculación con la salud en humanos. Carrasco, que había sido presidente del Conicet y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la UBA, sufrió una campaña de desprestigio encabezada por las empresas del agronegocio (Monsanto, Bayer, Syngenta, Aapresid, entre otras), los diarios La Nación y Clarín (y sus periodistas "agrarios") y el ministro de Ciencia Lino Barañao.

"El profesor y doctor Andrés Carrasco fue un destacado científico y una motivación para todos los interesados en detener el impacto social y medioambiental de las empresas transnacionales y los establiments gubernamentales que legalizan el uso de pesticidas nocivos”, resalta el paper científico en su página nueve. Lajmanovich denunció las maniobras contra Carrasco: "El Conicet conformó una comisión para desacreditarlo, pero sin dudas logró el efecto contrario. Las evidencias sobre la toxicidad y los efectos del glifosato sobre el ambiente y la salud han sido abrumadoras en Argentina y el mundo".

Entre las empresas que comercializan glifosato en Argentina figuran Bayer-Monsanto, Syngenta, Red Surcos, Atanor, Asociación de Cooperativas Argentinas, Nufram, Agrofina, Nidera, DuPont, YPF y Dow.

La investigación fue publicado en la revista científica Eliyon, de la prestigiosa editorial internacional Elsevier, de Reino Unido. Esta publicación se encuentra, entre otras, en la base de datos médica más importante del mundo, Medline. El título de la investigación es "Primera evaluación de nuevos efectos sinérgicos potenciales del glifosato y mezcla de arsénico". Lleva la firma de otros siete investigadores. Paola Peltzer, Andrés Attademo, Candela Martinuzzi, María Fernanda Simioniello, Carlina Colussi, Ana Paula Cuzziol Boccioni y Mirna Sigrist.

Lajmanovich remarcó que "no hay dudas" del efecto nocivo del glifosato. Por un lado, están las víctimas de las fumigaciones con agrotóxicos, prueba territorial de las consecuencias. Y, por otro, precisa que existen "1079 trabajos científicos de todo el mundo que lo dicen, muchos de ellos de científicos de universidades públicas de Argentina y del Conicet, indexados y accesible en Medline".

Fuente: Página 12 

Antonio Elio Brailovsky: "Las principales víctimas de los problemas ambientales son los pobres"


Entrevista al ecologista Antonio Elio Brailovsky, quien afirma que «los seres humanos no estamos preparados para que el nivel del mar ascienda, ni que zonas de cultivo se inunden o zonas bajo riego no tengan agua de regadío. Ahí hay riesgos importantes, porque va a haber muchos millones de refugiados y porque todo el sistema de seguridad alimentaria quedará amenazado. Y que ahora un puñado de empresas esté poniendo en riesgo el mundo me parece por un lado del egoísmo que caracteriza al capitalismo pero además son una amenaza real».

Entrevista al ecologista Antonio Elio Brailovsky:
M.H.: Se dio un acontecimiento con un final que de alguna manera usted anticipó en nuestra última entrevista, la COP 25 que aparentemente no resolvió ninguno de los problemas que plantea el cambio climático.

E.B.: Hubo otras 24 anteriores en las que ni siquiera intentaron resolver nada, de modo que a veces estas cosas están cantadas. Si no hay intención más que de sacarse la foto, pasa eso, se sacan la foto, simularon discutir pero sabían de antemano lo que iba a suceder. Lo que uno sabe hablando con diplomáticos es que en estas cumbres no se resuelve absolutamente nada. Cuando se resuelve algo ya viene cocinado desde meses antes. Cuando llegan a ver qué van a hacer es mentira, y es lo que hicieron.

M.H.: Quiero preguntarle algunas cosas porque me parece importante aclarar temas sobre los que se habla pero se entiende poco. Por ejemplo, las temperaturas crecieron un grado desde tiempos preindustriales, antes de 1850, en promedio, y las medidas tomadas hasta ahora llevan a un incremento de entre 3 a 4 grados para 2100. ¿Qué significa esto?

E.B.: Significa que por un lado el promedio tiene muchas variaciones, hay zonas que por el cambio en los regímenes de vientos hace más frío, otras que hace más calor, otras en las que llueve más, y otras zonas en las que llueve menos. El principal problema es que cuando se supera una cierta barrera que los científicos piensan que está en torno de los 2 grados, el hielo de los polos se derrite y no se vuelve a formar.

Si se evita la contaminación ahora, hay alguna probabilidad de que los fenómenos sean reversibles, sino hay fenómenos que van a ser irreversibles. Los seres humanos no estamos preparados para que el nivel del mar ascienda, ni que zonas de cultivo se inunden o zonas bajo riego no tengan agua de regadío.
Ahí hay riesgos importantes, porque va a haber muchos millones de refugiados y porque todo el sistema de seguridad alimentaria quedará amenazado. Y que ahora un puñado de empresas esté poniendo en riesgo el mundo me parece por un lado del egoísmo que caracteriza al capitalismo pero además son una amenaza real.

M.H.: ¿Qué significa “En donde hubo más desacuerdos fue en las diferencias entre los países para negociar el llamado mercado de carbono”?

E.B.: El mercado de carbono es una cuestión que ni siquiera debería mencionarse, de absoluta falta de ética. El tema es cómo hacen los países que ya contaminan demasiado para seguir contaminando. Entonces la idea es repartir entre todos los países permisos de contaminación y aquellos países que son muy pobres y no tienen industria les venden a los países ricos su permiso para contaminar para que los otros sigan contaminando. Pero el tema no es cómo sigo contaminando, el tema es cómo dejo de contaminar.

M.H.: Solo 84 países sobre 200 se comprometieron a recortes más duros en 2020, pero entre esos no están EE UU, China y Rusia que juntos suman alrededor del 55% de la contaminación ambiental.

E.B.: Algo así como la mitad de la contaminación mundial, con lo cual otra cantidad de países dicen “si los que contaminan ni se comprometen, por qué me tengo que comprometer yo”. Agreguemos que los que se comprometan no todos van a cumplir sus compromisos. De modo que no podemos pensar en 84, sino en muchos menos.

M.H.: Y para la próxima cita en Glasgow el año que viene ¿podemos tener alguna expectativa positiva?

E.B.: Si no hay un cambio político profundo se van a seguir reuniendo en hoteles de 5 estrellas, gastando un montón de plata y no van a hacer nada. Insisto en que si no hay compromisos políticos adentro de los países van a seguir sin hacer nada y el caso argentino es uno entre tantos.

Argentina tiene una Ley de cambio climático que dice que hay que hacer una comisión que estudie todo pero mientras tanto van a seguir promocionando Vaca Muerta que es sacar hidrocarburos mediante fracking, la forma de contaminación peor en materia de impacto sobre el cambio climático. De modo que sacar una Ley de cambio climático para sacarse la foto, pero después los del partido A, B o C están todos de acuerdo en producir hidrocarburos mediante fracking; esta hipocresía argentina se repite en la mayor parte de los países.

M.H.: Argentina es uno de los países con un importante nivel de contaminación, entre otras cosas por el tema de la desforestación.

E.B.: Por supuesto. Porque los bosques podrían retener carbono, la materia prima de la que están hechos los bosques es carbono, de modo que seguir destruyendo el bosque nativo es seguir enviando carbono a la atmósfera. Lo hacemos destruyendo el bosque nativo, quemando hidrocarburos o extrayéndolos de la peor manera posible.

M.H.: Justamente lo había leído en Tiempo Argentino del 1º de diciembre: “La Argentina es uno de los 25 países que más emiten a nivel mundial”.

E.B.: Teniendo en cuenta que son emisiones por habitante, por eso India que tiene muchos más millones de personas que nosotros emite mucho más. Pero hay una responsabilidad del gobierno, las empresas, etc., en relación con cada argentino.

M.H.: Hay un informe que señala que Argentina hasta hace 10 años se encontraba entre los países que más desforestaban en el mundo.

E.B.: El tema es que cuanto más destruyan menos queda, entonces en algún momento bajamos del ránking, pero porque nos estamos quedando sin bosque nativo.

M.H.: Es ridículo, porque el presupuesto 2020 destinaba $ 10.30 para cada hectárea de bosque nativo. Esperemos que se rediscuta eso también.

E.B.: O sea una pequeña fracción de lo que habría que invertir para proteger los bosques. El tema es que el argumento de los neoliberales es que de estas cosas se tiene que ocupar el mercado y con demasiada frecuencia el argumento de los progresistas es que están muy ocupados atendiendo la pobreza. Pero las principales víctimas de los problemas ambientales son precisamente los pobres. Con lo cual atender los problemas de la pobreza es también ocuparse del tema ambiental. No hace falta mencionar el Riachuelo, está claro que los que viven ahí no son los ricos sino los pobres.

M.H.: Me gustaría que comentara un poco cómo ve usted la designación de Alberto Hensel como secretario de Minería de la Nación. Inclusive ya se ha producido alguna situación de conflicto en el ámbito de la provincia de Chubut y en la provincia de Mendoza.

E.B.: Más allá de las personas, uno piensa en términos de políticas. Hay interés en profundizar el tema de la gran minería en provincias en las que no hay agua, entonces esa gran minería más allá de los accidentes y tóxicos, utiliza demasiada agua en provincias en las que deberían declarar la emergencia hídrica y hacer una contabilidad minuciosa. Ver si tienen agua para la gente y los cultivos, antes de darla toda a la minería. Ese es el problema. No creo que el secretario de Minería esté preocupado por estas cuestiones.

También con el tema de la deuda externa hay una desesperación por conseguir dólares rápido, y el riesgo de hacerlo es conseguirlos haciendo un daño al ambiente, en este caso al agua, que dure muchos siglos. Entonces cuál es la ventaja de conseguir dólares en 2020 y seguir arruinando las fuentes de agua potable por siglos.

M.H.: Se habla de un desastre ambiental en la ciudad de Mercedes, por un derrame agrotóxico producido por un incendio.

E.B.: No es la ciudad de Mercedes, es el partido de Mercedes, hubo un incendio en una planta de plaguicidas y otro en América, también en la provincia de Buenos Aires un par de años atrás. En Gral. Pico (La Pampa) otro más en 2017, hay muchos sitios en los que hubo accidentes en plantas de plaguicidas, donde después el municipio miró para otro lado, no hay sistema de salud ni de prevención y las empresas depositaban plaguicidas de cualquier manera en condiciones de extrema peligrosidad.

Todos los habitantes de las localidades afectada tienen que ser sometidos a controles médicos de por vida porque han respirado no solo plaguicidas, sino productos de la combustión de estos mismos que pueden ser peores. Están amenazados directamente de cáncer durante el resto de sus vidas.

Esto hay que aceptarlo, más allá de que haya sanciones a las empresas, de que se necesita una norma muy estricta de inspecciones minuciosas sobre qué hacen las empresas con los plaguicidas. Además tenemos el hecho consumado, gente con su salud en riesgo alto y aspirar una sustancia cancerígena puede tener efecto hoy, mañana o dentro de treinta años. Esta gente necesita ser controlada en sus condiciones de salud toda la vida. Eso tiene alguna implicancia política y hay que ver si el gobierno de la provincia lo acepta.

M.H.: Es un hecho bastante silenciado, mencionó dos casos que yo desconocía.

E.B.: Cuando uno mira quién pone los avisos en los suplementos rurales está claro por qué se silencia, no es por desconocimiento ni por error, se silencia porque hay empresas que financian esos medios y el precio de hacerlo es que de eso no se hable.

Fuente: ANRed

miércoles, 15 de enero de 2020

La agroecología como política de salud pública


Los beneficios de un sistema agroecológico de producción han sido abordados desde la perspectiva de la economía, la mejora del medio ambiente y la participación social. Sin embargo a lo largo de los años de su desarrollo en el país, no se ha logrado la visión de la agroecología como una política de salud pública, ni de este abordaje relacionado con los otros sistemas.

A nivel mundial, la mitad de los alimentos que se consumen provienen de la pequeña agricultura agroecológica. El país líder en producción orgánica de América Latina es Argentina. Pero, la mayor cantidad de producción orgánica está destinada a la exportación a Europa y Japón.

Existen tres tipos de producción agroecológica en nuestro país. La “Agroecología extensiva” o a gran escala, destinada al mercado externo e interno con producción mixta de cultivos y ganadería. La Agroecología de la “agricultura familiar”, destinada al autoconsumo, a la venta directa en mercados locales y en redes de la economía social. Relacionada a la educación popular, son huertas familiares y comunitarias con formas de producción tradicionales que acrecientan la soberanía alimentaria. Y la producción “orgánica”, destinada al mercado externo, principalmente a EEUU y luego Europa. Ligada al concepto de mercados orgánicos para el agregado de valor.
Argentina ocupa el segundo puesto en superficie de tierra dedicada a la producción orgánica, luego de Australia. Poseemos 333.477 unidades productivas de las cuales 218.868 son unidades de agricultura familiar (el 65%). En estas se produce un porcentaje importante de nuestros alimentos. 

La Agroecología propone un modelo de producción distinto. Tiene una productividad superior a la industrial (a partir del segundo año la diferencia es mayor al 20% a favor del planteo agroecológico) y gasta un 80% menos. Sin embargo, no existe una política integral a su favor y hay una invisibilización del papel que juega en la salud y provisión de alimentos, en el freno del calentamiento global y la sostenibilidad ambiental. El mayor problema para el desarrollo es la falta de acceso a la tierra, ya que los productores agroecológicos no son dueños de las tierras que cultivan. Se requiere una ley para la agroecología y normas de promoción que aborden todas las áreas, como la salud. Es un sector que se encuentra en proceso de transición y requiere el necesario impulso por parte de todos los actores intervinientes del Estado, para ser parte de la solución como modelo sustentable de economía, medio ambiente y salud.

La agroecología contribuye principalmente en el ámbito de la salud a mejorar la nutrición y evitar los efectos nocivos de las sustancias plaguicidas sobre el organismo humano, como el clorpirifós y el glifosato.

Es un sistema de producción que mantiene el equilibrio en el ciclo vital de las frutas y hortalizas, lo que permite obtener una mayor composición de vitaminas, minerales y sustancias antioxidantes. Un alimento producido localmente es además, más fresco, más nutritivo y genera una diversificación de la dieta.

El modelo alimentario que predomina está basado en monocultivos de cereales y ha favorecido a la malnutrición por falta de micronutrientes. Siendo Argentina un país con las herramientas para la plena justicia social, más de un tercio de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza y el 50% de los niños y adolescentes del país son pobres. El hambre es inherente a un modelo productivo que concentra la riqueza y en el que se envían al exterior las materias primas con más calidad nutritiva, cuando deberían alimentar a los niños y niñas de la Argentina.

Para dar respuesta al hambre, la desnutrición y activar la economía en el circuito es imperioso abastecer a los comedores escolares, comunitarios y hospitales con alimentos de mayor calidad nutricional proveniente de los productores agroecológicos.

Promover las prácticas agroecológicas aumenta la productividad agrícola, la soberanía alimentaria y permite llevar a cabo de manera eficiente el plan Argentina sin hambre.

Mejora los ingresos y medios de sustento de la población rural y periurbana. Garantiza una gestión eficaz para la diversidad vegetal como elemento clave en la lucha contra la pobreza y alcanzar una mayor seguridad alimentaria en un contexto hostil y de cambio climático.

Fuente: http://www.biodiversidadla.org/   15/01/2020

lunes, 13 de enero de 2020

Retornar a la agricultura tradicional, herramienta eficaz contra el cambio climático


El retorno a la agricultura tradicional, pero aprovechando las nuevas tecnologías, para conseguir un modelo alimentario justo, en mano de los pueblos y no de las empresas, es uno de los objetivos imprescindibles para luchar contra la crisis climática.

Así lo promueven estos días en la cumbre mundial del clima, COP25, en Madrid, los integrantes de Vía Campesina, un movimiento internacional, formado por 200 millones de agricultores, campesinos y trabajadores agrícolas por la soberanía alimentaria.

"La organización trabaja y construye un modelo alimentario justo, que esté en manos de los pueblos y no de un puñado de multinacionales", explica a Efe Jesús Vázquez, activista de la organización Boricuá de Puerto Rico, perteneciente a Vía Campesina.

"También practicamos y promovemos la agroecología, es decir un modelo agroalimentario que no depende de insumos externos, que no contamina, es saludable, provee alimentos en abundancia y que nos ayuda a trabajar la colectividad y a apoyarnos mutuamente", señala.

Vázquez, de 34 años, e integrante de una familia de agricultores puertorriqueños tiene claro que el modelo que funciona es "el que nuestros indígenas, nuestros ancestros, han realizado y practicado por siglos y que también es tecnología".

"En un momento en la COP25 en el que estamos hablando de nuevas tecnologías, nosotros favorecemos una tecnología cultural que está basada en ciencia y en sabiduría", asegura.

Porque, "¿quiénes saben más de cambio climático que nuestros indígenas, nuestros campesinos?. Hasta pueden pronosticar cuándo va a llover y cuándo viene una época de sequía", plantea.

Por eso, dice el joven activista, "es hacia allá hacia donde tenemos que mirar en este momento de emergencia climática, con todo lo que está sucediendo en el mundo".
NO A LA EXPLOTACIÓN NATURAL Y HUMANA
Diferentes organizaciones como Boricuá integradas en Vía Campesina se encargan de llevar a cabo un trabajo de base en sus respectivos países.

"Lo hacemos manteniéndonos conectados, visibilizando lo que se hace, aprendiendo unos de otros y reconociendo que tenemos que detener un modelo económico que funciona como si los recursos naturales no tuvieran límite. Los explotan, y a la vez explotan al ser humano", señala Vázquez.

"Nosotros sabemos que es posible vivir de manera saludable y compartiendo, y en ese sentido trabajamos con diferentes sectores", añade.
MEMORIA HISTÓRICA
En Puerto Rico, Boricuá tiene muy en cuenta los años 50, un momento de la historia del país "en el que se llegó a producir el 60-70 por ciento de la comida que se necesitaba para vivir, antes de que se arrancara la dignidad al trabajo en el campo y se promoviera la inmigración a la ciudad".

"Ahora recibimos aproximadamente más del 80 por ciento de los alimentos de afuera, por lo que en un modelo mundial, y con la existencia del cambio climático, tenemos que buscar la sostenibilidad para las próximas generaciones", afirma Vázquez.

Por eso, "hay que tener memoria histórica, recordar porqué hubo esa inmigración y hay muchos jóvenes que lo entienden, que lo asimilan, y muchos que viven en la ciudad y se van al campo y hay muchos retos, pero la idea es esa construir en comunidad, reconocer que se lleva haciendo por siglos", explica.
"Lo que quieren es que seamos máquinas, conectados con nuestros móviles en la ciudad, como si al supermercado la comida llegara dándole a un botón", sentencia el activista.

Y subraya que la tarea de Vía Campesina es "una manera de preservar aquella cultura y devolverle la dignidad al trabajo del campo".

"Nuestra consigna es globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza", concluye.

Fuente: http://www.biodiversidadla.org     12/12/2019

miércoles, 1 de enero de 2020

Feliz Año 2020 👨🏽‍🌾❤🇻🇪

En este inicio del año 2020, comparto con ustedes el resultado de la última semana del año 2019, en la cual mis pollas iniciaron el proceso de pasar a Gallinas, dejando como resultado 15 Huevos, de las 9 Por Ahora solo ponen 6, el futuro es promisorio y espero pronto trasladarlas a mi Conuco una vez que establezca residencia en el, a Conuco Agroecológico no lo Bloquea Nadie, la Soberanía Alimentaria inicia en cada Familia, Feliz Año 2020 👨🏽‍🌾🇻🇪

II Lugar Premio de Periodismo “Dr. Manuel Palacio Fajardo” 2016

Desde el 06012014 - 4:35 p.m.