En el continente americano, la expansión
de las ciudades litorales o marítimas en estas últimas décadas,
producto del crecimiento poblacional, ha contribuido a la casi
extinción de los bosques de costas, quienes representan importantes
ecosistemas que han servido de refugio seguro de una diversidad de
fauna y flora.
Progresivamente hemos venido arrinconando a estas
fronteras verdes, hasta desaparecerlas en muchos casos. Lo que en el
pasado significaban los grandes paraísos para innumerables especies, hoy
han sido sustituidos por edificios, villas de casas o avenidas
turísticas que bordean esas costas.
El presente artículo busca ilustrar al
lector de manera breve y aspira a partir de este pequeño conocimiento
sumarlo a la defensa de estas desprotegidas reservas naturales.
Estas comunidades forestales de los
bosques de costas, son representadas fundamentalmente por manglares,
bosques de playa, humedales y bosques ribereños, en la mayoría de los
casos son los últimos pulmones y riñones que le quedan a muchas de esas
ciudades en expansión. Condición de privilegio y a su vez
desvalorizada, para quienes liderizan los planes de desarrollo urbano de
esas localidades. Entramos al nuevo siglo con las mentes aun
encasilladas en que el mundo es el lugar, solo de los humanos y que el
resto de las especies son para apreciarlas en zoológicos o jardines
botánicos, en el mejor de los casos. Es inaceptable pensar que nuestra
llegada al mundo también le está quitando un espacio a otros seres.
Los cinturones de los manglares son uno
de los bosques de costas que están en mayor peligro de extinción. Ellos
se componen de árboles y arbustos que crecen por debajo del nivel de
pleamar de las mareas vivas, se caracterizan por una especial de
diversidad florística producto de que algunas plantas pueden tolerar y
florecer en el lodo salino y soportar frecuentes inundaciones por agua
de mar.
La mayoría de las especies animales que se encuentran en los
manglares también se producen en otros ambientes, tales como playas,
ríos, pantanos de agua dulce o en otras formaciones boscosas cerca del
agua. En general, las especies animales estrictamente confinados a los
manglares son muy pocos (cangrejos tienen un mayor número de especies en
los manglares). Los manglares son también santuarios de aves endémicas
y migratorias.
También, la biodiversidad en los bosques
de playa es extremadamente frágil. En general se encuentran por
encima de la marca de marea alta en suelos arenosos y pueden unirse con
tierras agrícolas o bosques de tierras altas. La vegetación en las
dunas de playa es limitada, debido a las difíciles condiciones, producto
de los extremos climáticos (fuertes vientos, salinidad, falta o exceso
de humedad). Ellos son muy sensibles a las modificaciones del
ecosistema. Un ligero cambio en el nivel de las aguas subterráneas, por
ejemplo, podría eliminar la vegetación. Esta vegetación de playa tienen
un papel importante en la estabilización de las tierras. Igual que en
los manglares las especies animales dominantes son los cangrejos y
moluscos. Las playas son también los únicos sitios de reproducción de
las tortugas marinas.
Igual de importantes son los humedales o
bosques de pantanos que son espacios periódicamente inundados por el
agua de los ríos (diaria, mensual o estacional), marea e inundaciones.
Se ubican en elevaciones algo más altas que los manglares. Están
influenciados por los movimientos de las mareas y puede ser inundado por
dulce o agua salobre ligeramente dos veces al día. Su vegetación
natural es más diversa que la de los manglares.
Finalmente, los bosques ribereños, que
se encuentran adyacentes o cerca de los ríos. Caracterizándose por ser
extremadamente densos y productivos, tienen un gran número de plantas
trepadoras. Además de sus valores estéticos y recreativos, son
importantes para preservar la calidad del agua, control de la erosión y
refugios de vida silvestre, especialmente para los anfibios y reptiles.
Los monos y otros mamíferos arborícolas y aves suelen ser abundantes en
ese tipo de bosques.
Agradezco al lector su tiempo y todo lo
que de ahora en adelante pueda hacer en ayudarnos a concientizar para
así defender estos minusválidos bosques.
Enviado por: Lenin Cardozo, ambientalista venezolano
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