Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mi y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus convicciones.
Crezcan
como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder
dominar la técnica que permite dominar la naturaleza.
Acuérdense que la revolución es lo importante y que cada
uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean
siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier
injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte
del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario.
Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un gran abrazo de Papá
Ernesto Che Guevara a sus hijos.
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