La divinidad Pachamama representa a la Tierra, pero no solo
el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es
todo ello en su conjunto, es la madre que nutre, protege y sustenta a
los seres humanos, significa la totalidad de la existencia de la vida.
La Pachamama, o Madre Tierra, es la diosa femenina de la
tierra y la fertilidad, una divinidad agrícola benigna concebida como la
madre que nutre, protege y sustenta a los seres humanos. En la
tradición incaica, es la deidad de la agricultura comunal, fundamento de
toda civilización y el Estado Andino. Es la más popular de las
creencias mitológicas del ámbito incaico que aún sobrevive con fuerza en
las comunidades andinas de sudamerica.
La divinidad Pachamama representa a la Tierra, pero no solo
el suelo o la tierra geológica, así como tampoco solo la naturaleza; es
todo ello en su conjunto. No está localizada en un lugar específico,
pero se concentra en ciertos lugares como manantiales, vertientes, o
apacheta. Pero es una deidad inmediata y cotidiana, que actúa
directamente, por presencia y con la cual se dialoga permanentemente, ya
sea pidiéndosele sustento o disculpándose por alguna falta cometida en
contra de la tierra y todo lo que nos provee.
El 1 de Agosto es el Día de La Pachamama, o Madre Tierra
No es una divinidad creadora sino protectora y proveedora;
cobija a los hombres, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la
fertilidad. A cambio de esta ayuda y protección, el pastor de la Puna
Meridional está obligado a ofrendar a la Pacha parte de lo que recibe,
no sólo en los momentos y sitios predeterminados para el ritual sino,
particularmente, en todos los acontecimientos culturalmente
significativos, configurándose así una suerte de reciprocidad. Sin
embargo se la considera asimismo con una faz negativa: la Pachamama
tiene hambre frecuente y si no se la nutre con las ofrendas o si
casualmente se la ofende, ella provoca enfermedades.
Tengamos presente que el Vocablo Pacha… se compone de Pa-cha… Espacio-tiempo…
La “Pacha” como le decimos, está presente en casi todos nuestros actos sagrados:
Cuando nace un niño y también en la despedida de los difuntos.
La Pacha es la Madre, todo lo que sale de ella es vida, y todo lo que regresa a ella recibe nuevamente vida.
Las Plantas, los Animales y las Personas estamos unidos a
la tierra que nos sostiene y protege, ella mantiene el equilibrio de la
vida.
El término Pacha, como vocablo de los idiomas de los
pueblos andinos, como el qhishwa (quechua) y el aymara, denota la
totalidad del tiempo y el espacio universal; expresa y significa la
totalidad de la existencia de la vida. Y el término Mama, denota y
significa el sentido de ser Madre. En este sentido, se debe comprender
la expresión Pachamama como referente a la Madre de toda la existencia
vital y universal, expresándose por medio de la Tierra. Es así como la
tierra se convierte en el lugar por excelencia del ser, estar y de su
acto de dar vida a la Pachamama.
Ya Garcilaso de la Vega en "Los comentarios reales de los
Incas" atribuía a Pachacamac, el eterno, el creador del cielo y la
tierra, el culto que en el viejo Tucumanao se rendía a Pachamama en las
apachetas, esos montículos de piedras y otras ofrendas que dejaban los
viajeros en honor a la divinidad. Garcilaso comentaba: "Los pueblos
andinos, agrícolas especialmente, por necesidad de vida, debieron tener
siempre un culto especial por la tierra proficua, por la montaña siempre
misteriosa y maternal, que vertía sus torrentes en los valles y
atesoraba sus reservas de agua, de oro, de plata y cobre".
Así, el incansable indígena de los Andes ofrendaba a la
madre tierra con su acullico (bocado de hojas de coca), con alcohol, con
tabaco, con alimentos para la buenaventura de la travesía a través de
la montaña. La Pachamama, era así entendida como la Madre de los Cerros,
misterio creador de la fuerza que anima la vida andina, que auspicia el
viaje, que ayuda a vivir y a morir, a amar y a olvidar.
"Pachamama, santa
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